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Dic

Grazalema, mucho más que lluvia

El nombre de Grazalema está vinculado sin remedio a la meteorología, porque es en este bellísimo pueblo de la serranía gaditana donde más llueve de toda la península. Este dato –2.200 litros anuales por metro cuadrado– infunde carácter y personalidad a la zona, pero también es la causa de que su entorno sea tan espectacular y frondoso y custodie uno de los parajes más impresionantes de la Andalucía interior.

Tejados de Grazalema.

Junto a este pueblo blanco de poco más de 2.000 habitantes se halla el Parque Natural Sierra de Grazalema, con algo más de 50.000 hectáreas que se reparten las provincias de Cádiz (70%) y Málaga (30%). Por sus caminos anduvieron arrieros, contrabandistas y bandoleros y sus paisajes fueron descritos magistralmente por los viajeros románticos del siglo XIX. Hay tanta historia acumulada que hoy son muchos los que, en la actualidad, reproducen a caballo, a pie o en coche algunas de las rutas que en su tiempo hicieron por la zona personajes tan ilustres como Richard Ford (1796-1858), Julián Pitt Rivers (1919-2001) o Julio Caro Baroja (1914-1995), todos ellos atraídos por la belleza y singularidad de esta brava sierra. Un espacio salpicado de ríos, bosques, montañas y valles por los que transitan los ciervos que se adueñan del camino –atención a los que vayan en automóvil–, los lobos, las cabras montesas, los jabalíes…

Los amantes de la calma, la naturaleza y la fotografía tienen en Grazalema un paraíso al que se accede fácilmente, en poco más de una hora, tanto desde Cádiz como desde Málaga. Aquí sorprenden las más de 300 cuevas abiertas en la roca caliza de su serranía y que son la delicia de los más aventureros, algunas con una profundidad superior a los 200 metros, como la Sima de Manuel Pérez o el Sumidero de la Olla. Las agencias de viaje programan visitas guiadas, entre otras, a las cuevas de la Excéntrica, la del Órgano y la del Gato.

Caprichos naturales. La lluvia sigue esculpiendo la geografía y configura relieves tan caprichosos como el impresionante Peñón Grande (1.405 metros), a las espaldas de la localidad de Grazalema, o la denominada Garganta Verde y su cañón, junto a Zahara de la Sierra, en cuya soledad se refugian multitud de aves. Ésta es la causa por la que ha sido declarada Zona de Especial Protección para las Aves por la Unión Europea.

Pantano de Zahara de la Sierra.

Uno de los espacios más buscados por los que llegan a Grazalema es el pinsapar, un bosque de un singular abeto, el pinsapo, que sólo crece, al parecer, en esta zona de Andalucía y en el Rif marroquí y que propició la declaración de estas sierras como Reserva de la Biosfera. La ruta que permite contemplar esta extraña especie parte de Los Areneros, a un par de kilómetros de Grazalema, denominado así por las canteras que abundan en la zona. Una vez en el pinsapar, el viajero percibirá la escasísima luz que penetra en este delicado bosque que necesita, para sobrevivir, de condiciones especiales de humedad y temperatura. Sin duda, una joya botánica, reliquia de la Era Terciaria, que hace la delicia de los botánicos.

Son múltiples las posibilidades que ofrece esta sierra. Innumerables senderos invitan a caminar y hay rutas a caballo y con bicicletas de montaña, paseos en canoa y piragüismo por el pantano de Zahara de la Sierra, gimkanas, bajadas por los rápidos del Guadalete, todo ello en un marco de postales únicas.

Ronda, al atardecer.

Y si hay tiempo, nada mejor que programar una visita a dos espectaculares vecinas: Ubrique, cuyo trazado medieval de calles blancas y angostas se adapta a la forma de las montañas que la abrigan, y Ronda, la ciudad milenaria soñada por los viajeros románticos y uno de los destinos con mayor número de visitantes de Andalucía. Si la primera es célebre por su arquitectura y sus manufacturas de piel, la segunda posee singulares atractivos para el visitante. Hablamos del célebre Puente Nuevo, con una altura de 98 metros. Desde el mismo se contempla una espectacular vista sobre el tajo y quienes quieran cambiar la perspectiva pueden descender, si carecen de vértigo, hasta prácticamente el fondo del desfiladero. Cuna de toreros y artistas, Ronda protagoniza muchas de las leyendas de bandoleros que han puesto su nombre en un lugar de honor de la literatura de viajes.

Más información: Turismo de Grazalema