Estar muy bien ser curiosos y tener preguntas y más preguntas por hacer, sobre todo cuando se viaja o más concretamente cuando se viaja a la India, donde todo sorprende, empezando por su gentilicio (¿indios de la India o de América?) y siguiendo por su “no” con la cabeza, que viene a ser un “sí”, un “no” o un tal vez. Bienvenidos a la India, a los porqués de los turistas y a los porques de los nativos. (El qué ver y qué hacer lo dejamos para otro post, prometido).
●No saben/ no contestan
Pero sí saben y sí contestan. A su manera. Tienen un curioso movimiento de cabeza que va de izquierda a derecha de manera vertical –es decir, de un hombro a otro-, aunque más que “no” significa “puede” o “tal vez”
Tal es su popularidad que se han puesto de moda como souvenir pequeños muñecos indios que menean la cabeza sin parar (¿Estamos ante la competencia a los perros chinos que saludan desde los coches?)
●Taj Mahal negro / Taj Mahal blanco
Ni nos hemos vueltos locos ni depende del cristal con que se mire. Nada hay más blanco que el mármol que luce el monumento funerario que el rey Shah Jahan hiciera levantar en homenaje a su esposa Mumtaz Mahal, fallecida al dar a luz a su cuarto hijo. El Rey no escatimó en gastos. 22 años tardó en hacerse este monumento fiunerario con mármol traído desde el Rajasthan y desde otros países.
Era tal su pena que quiso construirse un mausoleo gemelo al de si mujer, pero en negro y a la otra orilla del río Yamuna, enfrente del Taj Mahal, que se comunicarían por un puente de oro.
Nunca llegó a hacerse. ¿Por qué? Porque su tercer hijo, Aurangzeb, encerró a su propio padre en la fortaleza roja de Agra para evitar esta locura. Shah Jahan pudo observar desde su cautiverio el mausoleo que había construido para su amada. En la orilla opuesta del río Yamuna, se han encontrado los cimientos de lo que podría ser el Tal Mahal negro.
● ¿Por qué las vacas están en medio de la carretera’
Ésta es una respuesta menos romántica y más práctica. El calor y la humedad y la basura hacen que legiones de moscas y mosquitos campen a sus anchas, también en los lomos de las sagradas vacas. De ahí que éstas se coloquen en medio de la carretera para que los coches, que pasan por los ambos lados, se las espanten. Sagradas no sabemos si son, pero listas un rato.
● ¿Indios o hindúes’
Intenso debate. Según la DRAE, indios son los naturales de la India y los primeros pobladores de América y sus actuales descendientes, desde la Patagonia hasta Alaska. Pero nos lía cuando nos dice que también se les puede llamar hindúes. Lía porque el hinduismo es una religión que no todos comparten.
● ¿Por qué hay tantas religiones si es un estado laico?
Porque, aunque eso dice su Constitución, no hay lugar donde se respire tanta espiritualidad. Es una filosofía de vida, una mera de ser y de estar. De sentir. Las oficiales son hinduismo (practicada por el 82%), islamismo, sikhismo, budismo y jainismo.
● ¿Por qué tocan todo el santo día el claxon?
¿Y por qué no? Es meter la llave en el motor y hacer sonar el claxon. Hay empresas además que los fabrican en especial para el país.
No tocan por cansancio ni por rabia o impotencia antes los descomunales atascos. ¡Qué va! Es una forma de decir “hola, estoy aquí”, “¡cuidado!, que voy detrás” o sólo un saludo de buenos días.
● ¿Por qué llevan un punto rojo en la frente?
Porque justo ahí se localiza el sexto chacra, el de la sabiduría.
● ¿Por qué hay que descalzarse antes de entrar a un templo?
Por dos motivos: uno práctico, dejar fuera la suciedad y otro más espiritual, dejar fuera la mala energía de la calle.
Y la verdad que uno se acostumbra a hacerlo, aunque a los más escrupulosos pueles aconsejamos llevar calcetines.
● ¿Por qué la India es el país de los colores?
Porque todos los colores tienen un significado. Hay un amor por el color y una creencia de que significan algo y se pueden utilizar para asegurar la salud y la suerte.
● ¿Por qué hay que ir a India?
Porque India es especial. Por su gente, por su cultura, por sus templos, por su comida, por sus ciudades, por Benarés, porque… en ida y vuelta lo colocamos en el top ten de los viajes por hacer. Porque para todos tus porqués hay un porque.