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Dic

#SalvarAPintoretto: los hermanos Cabrerizo salvan de la muerte segura al protagonista de su libro

“Nos ponemos en contacto con ustedes para comentarles que la editorial ha decidido mantener una cantidad de ejemplares de sus libros y destruir el resto por cuestiones de espacio”. El aviso venía de la editorial que hace 12 años les publicara su libro: Un misterio en Madrid: Pintoretto y el robo del Tres de mayo.

“Van a matar a Pintoretto”, pensó su coautora, la escritora y periodista Maite Cabrerizo. Y al momento por su cabeza se le pasó una guillotina de papel, un descuartizador de libros o ya imaginaba a Pintoretto, el niño que pinta menos que un cero a la izquierda, en la hoguera. Tocaba actuar: empezaba la operación Salvar a Pintoretto.

“La idea surgió en una comida familiar, del derecho a la pataleta y darle una oportunidad al niño que vive en el Museo del Prado que nunca tuvo”, explica Maite Cabrerizo, que escribió el libro junto a su hermano, el arqueólogo Kepa Cabrerizo.

De esta manera, el libro ha empezado ahora, 12 años más tarde, un particular viaje viendo la luz que nunca tuvo con puntos de venta tan originales como tiendas de iluminación, carnicería, textil o bares. “El lugar da igual, lo importante es que no maten los libros”, dice Kepa. Parte de los libros ya han viajado a Vitoria, de donde son los autores. Por su parte, Maite, que vive y trabaja en Madrid, lo mueve en la capital.

Los hermanos comenzaron a escribir la obra al alimón. Una novela y una guía de viajes que permitiría al lector vivir una aventura de misterio y, a la vez, conocer una ciudad. En su mente estaba la Colección Pequeños Viajeros en un momento en el que las guías de viaje e internet no estaban tan de moda. El primer libro fue una ruta por el País Vasco con su título Marta ya no miente. La editorial madrileña La Librería lo leyó y les pidió uno centrado en Madrid. Ahí nació Pintoretto y el robo del Tres de Mayo.

La campaña #SalvarAPintoretto coincide con la celebración del bicentenario del Museo del Prado, un buen momento para reivindicar a este joven que hoy tendría 25 años. “Seguramente esté haciendo oposiciones para ser el nuevo director del Prado”, bromea Kepa. No sin razón. El niño vivía en la pinacoteca y su padre era el gerente de la misma.

 Argumento

La tranquila vida de Pintoretto, el niño que vive en el Museo de El Prado se ve interrumpida cuando una extraña pareja roba el famoso cuadro de Goya del Tres de mayo de 1800. Tiene que hacer algo. Si no lo encuentra rápidamente, la policía detendrá a su padre, el conserje del Museo. Por malo y por ladrón. Pero, ¿qué puede hacer él, si sólo es un niño? Pintoretto contará con la ayuda de sus buenos amigos, la inteligente Matilde sin tilde, el glotón de Bola y Ricardito bonito, el joven que se mueve en silla de ruedas. Todos juntos recorrerán las calles de Madrid en busca de pistas que les lleven hasta los ladrones. Personajes que se escapan de los cuadros, un cojo con muy mal humor, un calvorota inteligente y aventuras de risa, de amor y de miedo. También noches de juerga en el Prado cuando los visitantes se van y las luces se apagan. “Botellones, pero más disciplinados”, explica Maite Cabrerizo, de un libro donde la ficción y la realidad van tan unidas “que, a veces, es difícil distinguir”, subraya.

Un libro de aventuras o una guía contada, “este libro que tienes entre tus manos te llevará a conocer Madrid y sus misterios”, apunta Maite, que aboga por dar una oportunidad a todos los Pintorettos que hay en los almacenes con amenaza de muerte segura. En ese sentido, Cabrerizo recoge la reflexión del periodista Jesús Millán Muñoz de contar con centros documentales o archivos físicos o virtuales por especialidades donde algún día, en el futuro, si una persona busca, pueda saber que alguien escribió un libro que tiene alma y corazón. Que tiene vida. Pintoretto y Matilde sin tilde la tienen. #SalvarAPintoretto

Maite Cabrerizo es autora también del libro Un buey enorme pisa mi lengua  (Poesía eres tú) . Una historia del desempleo contada en prosa poética que da voz a los parados que un día se levantan para no hacer nada.