04
Ene

Señores Iki, una feliz coincidencia

¿Señores Iki? “Señores Iki son una feliz coincidencia, un azaroso encuentro intergeneracional con sorprendente resultado. No podíamos esperar”. Así, de esta poética manera, el bajista Juanjo García presenta al nuevo grupo con aviso incluido. “A nadie que hace pop le gusta que le digas que haces pop”.

Pop, rock… “En el mundo existen cientos de lenguas y lenguajes. Es evidente que pocos son tan internacionales y catalizadores como la música. Es un canal de comunicación que aúna ciencia y emoción, y por lo tanto en él caben muchas cosas, incluida la política, pero también la memoria y el corazón”, apunta Enric, guitarra y cantante y autor de las canciones. Como El coleccionista de piedras. “Es la cronología de un hombre de 70 años que ha dedicado su vida a la noble tarea de hacer que los suyos sean felices”.

Es el objetivo de este nuevo grupo que se sube con fuerza a un escenario donde solo busca la felicidad. La de ellos, que está asegurada en cada ensayo, en cada nota con la que piensan en alto, y la del público que les sigue. El próximo día 10 tocan en la sala Rockville de Madrid. La entrada es un pase a esa felicidad.

Primeros pasos

El grupo nació hace ahora un año con un nombre cuando menos curioso. Señores Iki, un término japonés que significa elegancia, sutil insinuación… Y es lo que son estos señores en el escenario. Un cóctel de emociones donde esa diferencia generacional marida a la perfección. Donde realismo y abismo comparten plano, donde se demuestra que con los pies en la tierra también se pude rozar el cielo.

Fue hace un año cuando los doctores del Hospital Clínico San Carlos Marco Ciappara y Enric sintieron la necesidad de llegar a algo más con la guitarra. Era hora de ser músicos. Marco tocó la ‘cuerda’ adecuada: su tío político Cuco Segura (fotógrafo y baterista en Híbridos seremos, grupo en el que también participa Juanjo).

No hizo falta dar explicaciones porque esos 20 años de diferencia quedaron fulminados con el poder terapéutico de la música (Un segundo de eterna pasión) “y lo que esas cuerdas pueden provocar”, canta Enric.

Pequeños relatos como el de un amor que empieza en un bar (Fugaz), historias más elaboradas como la de un astronauta que regresa a una Tierra inhabitada (En ti voy a pensar) o la de unos cantantes vampiros (Colmillos) les ha llevado por fin a los escenarios. Para no bajar. “En general las canciones surgen de modos diversos, aunque siempre desde la fluidez y la naturalidad, un impulso que poco a poco va puliéndose en los ensayos y que a veces parte de una melodía y otras del deseo de homenajear a seres queridos, a artistas u obras que nos han impactado”. Telarañas, por ejemplo, está fuertemente influenciada por la novela Manhattan Transfer, de John Dos Passos.

Cuco asiente. Desde detrás de detrás (a veces es difícil que salga en las fotos). Como decía Bob Marley, “Algo bueno de la música. Cuando te golpea, no sientes dolor”. Cuando Cuco golpea sus platos o su caja, tampoco. Porque lo que oyes es el latido de su corazón, de alguien grande en la imagen y en la música. “Como un reloj”, le define Juanjo, el abogado que con su bajo te hace bailar.

El letrado y también compositor para poetas sigue con las pinceladas sobre Marco, “desconcertante, imprevisible. No recuerda a nadie, pero no deja indiferente a nadie”. O sobre Enric, “que cuenta sus historias con energía a través de su guitarra. Y cercano y muy afectivo cuando canta”.

Un segundo de eterna pasión

¿Con qué letra o canción os quedaríais? Enric toma la palabra: “Un segundo de eterna pasión, es la que tocamos en el primer ensayo, y con la que me di cuenta de lo bueno que sería tocar junto a Cuco, Marco y Juanjo”.

The Edge (Dave Howell Evans), el guitarrista de U2, insistió en una entrevista en que «la gente cuando grita en un concierto, no te aclama a ti, sino a las canciones, las canciones no son como las películas que las ves 2 ó 3 veces. Una canción la escuchas 40, 50, ó 60 veces si te gusta y luego entra a formar parte de tu vida. Esa vida es la que gritan las personas en el concierto». Un segundo de eterna pasión es ya una canción aclamada por el público, una canción eterna.

En Instagram Señores Iki lanzan un mensaje: “Hacemos canciones inacabadas: tu escucha las completa”