Ibiza lleva la gastronomía al museo y lo hace con la “Tríada mediterránea: Pan, aceite y vino en la Eivissa antigua”. Se trata de un proyecto que fue presentado en Madrid Fusión, donde la historiadora Carmen Mezquida invitó a locales y turistas a disfrutar de las degustaciones de pan, aceite y vino en el exterior del Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera, que se llevarán a cabo los días 11 y 18 de junio, de 20.00 a 21.30 horas, con un aforo máximo de 50 personas.
Durante la actividad, un especialista de cada producto (periodista, historiador o arqueólogo) hará una presentación sobre la historia del pan, del aceite o del vino, y a continuación, stands de cada empresa local productora ofrecerá una degustación de sus productos.
Para degustar las muestras, los asistentes deberán sentarse en un espacio destinado al consumo de la degustación, formado por mesas de 4 personas y en el que se respetarán todas las medidas de seguridad vigentes.
En la ponencia en Madrid Fusión intervinieron la restauradora e historiadora del Museo Arqueológico de Eivissa y Formentera, Helena Jiménez; la historiadora del Museo, Carmen Mezquida; el periodista especializado en pan, Ibán Yarza; Glenda Graziani, arqueóloga especializada en historia de la agricultura durante la Antigüedad; y los chefs del restaurante Guillemís Joan Roig y Charo Val.
Volver a sentir Ibiza
La concejala de Turismo, Dessiré Ruiz, animó a todos los asistentes a Madrid Fusión a “volver a sentir Eivissa este verano y a descubrir nuestros bienes Patrimonio de la Humanidadm que son el Museo Arqueológico, Dalt Vila y la Posidonia oceánica”. La concejala añadió que esta nueva propuesta presentada en Madrid Fusión, “surge de las Mesas de Trabajo del Plan Estratégico de Turismo, de la mano del Museo Arqueológico de Eivissa y Formentera y que nos transporta a nuestras raíces donde el aceite, el pan y el vino eran los elementos esenciales de la dieta Mediterránea. Con esta acción usamos la cultura gastronómica de nuestros antepasados en la innovación culinaria de los cocineros de nuestra ciudad’.
Un viaje en el tiempo
«Nuestra historia comienza en la Evissa de la época fenicio púnica, y lo hace con un viaje en el tiempo, al que invitamos a unirse a todos los que quieran sentir nuestra isla con los cinco sentidos. Para disfrutarla con todos sus olores y sabores, tal como nos marca la tradición mediterránea, y para compartir nuestra mesa, nuestro pan, nuestro aceite y nuestro vino”, señaló la restauradora del MAEF, Helena Jiménez Barrero, quien añadió que “la Tríada Mediterránea conecta a profesionales de diferentes ámbitos en torno a un alimento fundamental de la herencia mediterránea y el público va a disfrutar en el Museo este verano de una actividad al aire libre, en un espacio natural y arqueológico privilegiado, la necrópolis del Puig des Molins, en la que se combinarán charlas lúdicas y degustaciones de productos ancestrales de la mano de productores de nuestras islas”.
El periodista Ibán Yarza, autor de numerosos libros y eminencia en España en el mundo del pan, destacó en Madrid Fusión “la singularidad del pan de Ibiza, un resto arqueológico que se ha conservado hasta nuestros días, con ejemplos como la ensalada de crostas, las sopas gófies o las sopas de pan”, al tiempo que recordó el esfuerzo de productores locales como el horno de Can Coves para recuperar la variedad tradicional del trigo ‘xeixa’.
Platos centenarios
Joan Roig, del restaurante Guillemís, preparó la ensalada de crostes tradicional y explicó que “es un plato de subsistencia que se ha comido siempre en todas las casas de la isla. Yo lo recuerdo en la mesa de mis padres, de mis abuelos y estoy seguro de que también estaba en la de mis tatarabuelos. Lo bueno de este plato centenario es que ha llegado hasta nuestros días y sigue siendo protagonista en todas las casas de la isla hoy en día y también se encuentra en el 90% de los restaurantes. Una herencia que hemos conservado gracias a que en la mayoría de las casas payesas tenían su propio horno y hacían su propio pan y sus crostes. En mi casa también teníamos un trull o almazara antigua y mi madre cambiaba con los pescadores el aceite que producíamos por pescado fresco del día”.
Glenda Graziani, arqueóloga de Ibiza especializada en historia de la agricultura durante la Antigüedad, explicó que “el aceite que se producía en la isla estaba destinado al consumo local, es decir se trata de una producción reducida. Una singularidad detectada en el registro arqueológico de la isla sería el tipo de prensa documentada, denominada “prensa de palanca” de origen oriental y que supone un gran avance tecnológico ya que exprime muy bien la sampsa y permite aumentar la producción. Y precisamente, en Ibiza habría llegado con un par de siglos de antelación respecto a la Peninsula Ibérica que se generaliza con la llegada del imperio Romano. Por tanto, podríamos decir que durante la antigüedad Ibiza fue pionera en la producción de aceite con la tecnología punta del momento”.
Recetas con pan, aceite y vino
Ibán Yarza recordó que el aceite de oliva virgen de Ibiza ya es marca de garantía y recomendó a las personas que visiten la isla este verano “que prueben y compren los estupendos aceites que se producen y distribuyen en la isla”. El periodista preguntó a Glenda Graziani sobre la importancia histórica del vino en la isla, a lo que la arqueóloga respondió que “así como el aceite se hacía para un consumo a nivel local, con el vino pasa todo lo contrario. El paisaje isleño en la época antigua debió estar dominado por grandes extensiones de viñedos. Un puñado de señores de la burguesía serían los latifundistas y tendrían jornaleros y esclavos que se dedicarían a cavar largos surcos en la tierra, o la roca. Son las zanjas que contendrían las viñas. Gracias a los hallazgos de los últimos 15 años podemos comprender la dimensión comercial de las explotaciones agrícolas, dedicadas principalmente al monocultivo de la viña para hacer vino para exportar”.
La chef Charo Val, del restaurante Guillemís, propuso un plato de gran belleza, un guiso de trigo xeixa que integró el pan, el aceite y el vino, en una versión creativa actualizada, donde el aceite y el vino tomaron la forma de un coral.